El resultado de las elecciones para gobernador en Venezuela fue rechazado ayer por la oposición, que acusa que hubo irregularidades como la reubicación de último momento de casillas en los comicios en los que el chavismo presuntamente se hizo con diecisiete de las veintitrés gubernaturas en disputa pese a que los sondeos favorecían ampliamente a la coalición opositora.

Y los expertos concurren: "Este resultado es otra farsa", dijo Nicholas Watson, de una consultora empresarial, de cara a que el chavismo asegura haber obtenido el 54 por ciento del voto –en las últimas elecciones locales, en 2015, había sumado el 40 por ciento– y haber ganado estados que son bastiones opositores como Miranda y Barinas.

Las elecciones para la Asamblea Nacional Constituyente en julio pasado de por sí habían despertado controversias, en particular después de que la empresa Smartmatic, que llevaba más de una década manejando el software de las urnas electrónicas, dijo que sus datos habían sido manipulados.

Los comicios del domingo ya fueron condenados por Estados Unidos, Francia y otros países, aunque celebrados por naciones afines al gobierno de Nicolás Maduro, como Bolivia.

El problema de acusar de fraude señaló el profesor de Leyes José Ignacio Hernández, es comprobarlo.